Se hace muy complejo escribir esta nota, pues la pena de los padres de Valentina Orellana Peralta, traspasa la pantalla y penetra en el corazón de millones. Y es que la impotencia de perder a un hijo, no tiene parangón. Y que sea por la inoperancia y miseria de una policia que no respeta nada, es aun peor.
En ellos se refleja las ganas de justicia, pero también el dolor invalidante, que a penas les permite dar un discurso. Aun así sus palabras, son las palabras de dos héroes, que están de pie, para mantener viva la memoria de una inocente joven de 14 años, que dejó este mundo cuando no debía.
“Estoy realmente destrozado, cuando mi señora me llama en la noche, indicándome que mi hija había sido asesinada por la policía de Los Ángeles, en un centro comercial, se me vino el mundo encima”
“no tengo palabras para describir el desgarrador momento que estoy viviendo, sobre todo en estas fechas tan especiales, donde mi hija me había pedido tantos regalos, que yo no pude abrir con ella, sino guardarlos para entregárselos en su tumba”. “No puedo dormir en las noches, se me repiten los sueños con ella. Ella lo único que quería era ser una ciudadana americana. Yo le decía ‘vámonos de este país’. Me dijo ‘no papá. Este es el país más seguro del mundo, el país de las oportunidades’ “ahora lo ven ustedes, mi hija está muerta por el Estado, y por estos asesinos de Estados Unidos, eso es lo que vino mi hija a encontrar acá, la muerte. Realmente Valentina era algo especial. Era un ángel que no era para este mundo” El discurso es un golpe en la cara para los defensores de un país donde la muerte y los tiroteos están a la orden del día. Donde la pena, el dolor, la injusticia y la rabia cada día se imponen, a pesar de que millones hace mucho tiempo que dicen "BASTA"
En ellos se refleja las ganas de justicia, pero también el dolor invalidante, que a penas les permite dar un discurso. Aun así sus palabras, son las palabras de dos héroes, que están de pie, para mantener viva la memoria de una inocente joven de 14 años, que dejó este mundo cuando no debía.
“Estoy realmente destrozado, cuando mi señora me llama en la noche, indicándome que mi hija había sido asesinada por la policía de Los Ángeles, en un centro comercial, se me vino el mundo encima”
“no tengo palabras para describir el desgarrador momento que estoy viviendo, sobre todo en estas fechas tan especiales, donde mi hija me había pedido tantos regalos, que yo no pude abrir con ella, sino guardarlos para entregárselos en su tumba”. “No puedo dormir en las noches, se me repiten los sueños con ella. Ella lo único que quería era ser una ciudadana americana. Yo le decía ‘vámonos de este país’. Me dijo ‘no papá. Este es el país más seguro del mundo, el país de las oportunidades’ “ahora lo ven ustedes, mi hija está muerta por el Estado, y por estos asesinos de Estados Unidos, eso es lo que vino mi hija a encontrar acá, la muerte. Realmente Valentina era algo especial. Era un ángel que no era para este mundo” El discurso es un golpe en la cara para los defensores de un país donde la muerte y los tiroteos están a la orden del día. Donde la pena, el dolor, la injusticia y la rabia cada día se imponen, a pesar de que millones hace mucho tiempo que dicen "BASTA"
🔴 “Ella lo único que quería era ser ciudadana americana. Le dije ‘vámonos de este país’. Me dijo ‘no papá, este es el país más seguro’. Y ahora está muerta por el Estado y los asesinos de EEUU”, dice el padre de Valentina Orellana.
— T13 (@T13) December 28, 2021
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